El fondo Fintech y el Exchange Bondholder Group liderado por Gramercy presentaron un escrito ante la Cámara de Apelaciones de EEUU para que mantenga la medida de no innovar que permite seguir pagando la deuda. Es en respuesta a una solicitud de los holdouts de mediados de mes
Por: Leandro Gabin
Los bonistas que ingresaron a los canjes de deuda que propuso el Gobierno, tanto en 2005 como en 2010, presentaron un escrito ante la Cámara de Apelaciones de Estados Unidos para que mantenga la suspensión de la sentencia contra la Argentina. Esto fue en respuesta al pedido que efectuaron los holdouts a mediados de mes con la intención de acelerar el cobro de los 1.400 millones de dólares.
La presentación fue efectuada por el fondo Fintech, de David Martínez, el mexicano con acercamiento al Gobierno nacional, y el denominado Exchange Bondholders Group (EBG) donde tiene peso el fondo Gramercy, quien está proponiendo una negociación con los holdouts.
«Se trata de escritos de oposición esperables para rebatir la petición de NML de dejar sin efecto el stay y hacer que las sentencias sean ejecutables inmediatamente. A nivel judicial este es el principal riesgo inmediato y los escritos presentados apuntan a eliminarlo hasta que se expida la Corte Suprema luego de la decisión de la Cámara del pedido de en banc», indicó Eugenio Bruno, socio Estudio Garrido.
Se especula que el Gobierno argentino también en las próximas horas o a más tardar días, presente el mismo pedido ante la Cámara de Apelaciones. Esta estrategia busca estirar los plazos procesales y evitar que el país tenga que hacer frente a pagos este diciembre que reclaman los holdouts.
Hay que recordar que los fondos buitre, liderados por Elliott Management, propiedad del multimillonario Paul Singer, solicitaron a la Cámara que el stay sea levantado teniendo en cuenta que la Corte Suprema no tomó en revisión el pedido argentino por el pari passu (trato igualitario a todos los bonistas); y debido a que «la Argentina manifestó sus intenciones de no acatar los fallos«.
En el mercado financiero, los grandes bancos de Wall Street, creen hay muy pocas chances de que la Cámara de Apelaciones decida levantar la medida de no innovar. De todas formas, los perjudicados por esa potencial medida decidieron hacer la movida legal correspondiente y oponerse.
La Argentina, más allá de lanzar su escrito por este tema, espera que la misma Cámara decida el pedido en banc que efectuó y que sigue sin ser respondido. El Gobierno quiere que la sentencia de ese tribunal, correspondiente a la fórmula de pago (100% a los holdouts) sea revisada por el total de los miembros de esa cámara y no sólo los 3 que fallaron.
Los tiempos aún son benévolos para el país. Si bien la Cámara no tiene plazo para expedirse por el pedido en banc, el Gobierno tiene 90 días a partir de que decida para apelar esa medida a la Corte Suprema de Justicia de EEUU.
Con lo cual, la estrategia del estudio de abogados argentino, Cleary Gottlieb Steen & Hamilton sumado ahora a Paul Clement (experto en litigios y ex procurador general del gobierno de George W. Bush), es seguir estirando los plazos judiciales y tratar de buscar negociaciones.
En los últimos días trascendió que algunos de estos bonistas del canje, liderados por Gramercy, están sondeando a otros acreedores con títulos de la deuda argentina, para que cedan parte de los pagos futuros de los bonos y así comprarle la deuda a los fondos buitre. La idea es que un default de la Argentina no le conviene a nadie, ni a los holdouts ni a los que por ahora reciben los pagos por sus tenencias.