Corrupción, el problema estructural argentino que resurge en períodos de crisis

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corrupcion_1El país figura como el sexto más corrupto de América latina en el índice de Transparencia Internacional. Alta tolerancia ciudadana para el «roba, pero hace».

 

 

La reciente condena del ­expresidente Carlos Menem por contrabando de armas a Ecuador y Croacia no hace más que confirmar que la corrupción es una realidad tangible en la administración del poder político en la Argentina. Y que, como se ha expuesto en esta causa con la vinculación de aquel hecho con la explosión de la Fábrica Militar de Río Tercero, la corrupción empobrece y hasta puede matar a los ciu­dadanos.

La dramática ecuación “corrupción pública = muerte” podría confirmarse también si prosperan las causas que investigan la tragedia ferroviaria de Once, cuyos ecos dolorosos volvieron a sonar el jueves pasado, por el nuevo choque de trenes con víctimas fatales y heridos que se registró en Castelar (ver Infografía).

Sin embargo, la palabra corrupción, que tanto tiem­po y espacio ocupó en los medios de comunicación durante la última etapa del menemismo y la corta gestión de Fernando de la Rúa, fue de­sapareciendo de la agenda pública de manera paulatina, a partir de 2004, en un ritmo inversamente proporcional al crecimiento de la economía, según análisis de medios, elaborados por consultoras privadas.

En los últimos meses, con la acentuación de la crisis económica que desnuda otros problemas estructurales, los medios (y también su público) volvieron a fijar la mirada en la corrupción. Es emblemático lo que generó el programa Periodismo para Todos de conduce Jorge Lanata con sus denuncias y evidencias sobre los favorecidos por el modelo kirchnerista y el presunto lavado de dinero proveniente de la corrupción. ¿Volvió la corrupción? La realidad arroja otra noticia: la corrupción nunca se fue.

Mediciones y encuestas. En el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) que elabora Transparencia Internacional (TI) sobre la base de encuestas y evaluaciones realizadas por expertos y analistas de riesgo, Argentina figura como el sexto país más corrupto de América latina. El ranking de la región es liderado por Venezuela, seguido por Paraguay, Guyana, Ecuador y Bolivia. En el medio de la tabla latinoamericana, aparece Argentina con un puntaje que en el contexto mundial la ubica como un país “corrupto”, a la altura de Malawi e Indonesia. Mejor ubicados están Colombia, Surinam, Perú, Brasil, Uruguay y Chile; los últimos dos son los líderes regionales en materia de transparencia, con índices similares a los de Estados Unidos y países europeos.

Pablo Secchi, director de Poder Ciudadano, referente local de TI, dijo que “Argentina no muestra un compromiso real en la lucha contra la corrupción. La falta de normas clave como una ley de acceso a la información, y la debilidad de los organismos de control, justifican la percepción negativa de la transparencia”.

 

Fuente: Diario La Voz del Interior