Las escuelas especiales reciben las solicitudes. No todas aceptan alumnos derivados por problemas de conducta o déficit atencional.
- 28/07/2013 11:02 , por Redacción LAVOZ
“Hay derivaciones de las escuelas primarias que no están bien hechas. Son chicos con problemas atencionales que no son discapacitados mentales. Habría que pensar desde el Estado cómo abordar esta cuestión”, asegura Zulma Patiño, de la Secretaría de Discapacidad de la CTA.
Los pedidos de pase desde las escuelas comunes son frecuentes, a pesar de que no todos son aceptados. “Llegan muchos chicos derivados, pero no los admitimos si no tienen deficiencia mental. No todos son niños para cursar en una escuela especial”, explicó la psicomotricista de una institución cordobesa.
“Es una barbaridad la cantidad de chicos que envían desde otras escuelas”, indicó la directora de otra escuela especial. “En el período de admisión se reciben hasta 100 casos derivados”, subrayó.
El Instituto Especial Niño Jesús de Colonia Caroya (que recibe niños de Jesús María, Sinsacate, Colonia Tirolesa y La Granja) también registra un incremento en las solicitudes. Sin embargo, la directora Alicia Cadamuro señaló que aplican procedimientos rigurosos. “La instancia del psicodiagnóstico es la que determina si alguien va a ser nuestro alumno o no. Si determinamos que se trata de un alumno con un retraso de madurez respecto de su edad cronológica y vemos que su obra social puede cubrirla un docente integrador en una escuela normal, recomendamos eso”, explicó Cadamuro.
Señaló que sólo concurren a la institución personas con discapacidad acreditada y no alumnos con problemas de conducta ni de aprendizaje.
En la escuela especial María Montessori, de Hernando, también se registra un incremento de nuevos alumnos en los últimos años. La directora Marisel Ostera aseguró que algunos de contextos muy vulnerables ven afectado su desarrollo neurológico. Son niños que no siempre provienen de familias con carencias económicas, sino de contextos donde se observan situaciones de maltrato, promiscuidad o violencia familiar. Esa situación provoca cierto retraso en el aprendizaje escolar, consignó Ostera. No obstante, destacó que muchas veces estos chicos suelen retornar a las escuelas comunes, en un proceso de integración flexible.
El certificado. El neurólogo Claudio Geremía, miembro de la Junta de Certificación de Discapacidad del Hospital Illia, indicó que para obtener el certificado el niño debe ser atendido por un médico especialista, quien decidirá qué tratamiento necesita. Si la rehabilitación no da resultados y requiere ayuda de manera permanente, puede acceder a un certificado de discapacidad, que no puede ser solicitado por un gabinete psicopedagógico. Son las juntas –32 en la provincia– las encargadas de determinar si un niño tiene alguna discapacidad y necesita un certificado que lo acredite.
La titular de la DRE, Alicia Boneto, aclaró que no es condición indispensable tener un certificado de discapacidad para asistir a una escuela especial.