La inmunización contra las enfermedades no sólo protege al individuo que recibe las dosis, sino también a la comunidad. Cuáles son los riesgos de no aplicarlas.
Por Marcela Fernández
Las vacunas son una de las estrategias más efectivas de la salud pública para salvar vidas y proteger a la población de sufrir enfermedades.
Desde el desarrollo de la primera de ellas contra la viruela a fines del siglo 18, los beneficios de la inmunización han permitido controlar, eliminar e incluso erradicar enfermedades que siglos o apenas décadas atrás provocaban epidemias e incontables muertes.
Los ejemplos sobran: la viruela se declaró erradicada del mundo en 1980, y la poliomielitis está siendo eliminada en varias regiones del planeta.
“La inmunización como herramienta ha prevenido y cambiado el curso de muchas enfermedades potencialmente mortales, con gran impacto social y en la reducción de la mortalidad y de la morbilidad de esas patologías”, informó el médico Daniel Pizzi, exsecretario de Salud de la Provincia.